Categoría de Artículos
Artículos, Relatos

Personas de colores

personas de colores

A mi hija le digo siempre que en el mundo hay dos tipos de personas:

Hay personas brillantes que están hechas de colores, y que lo llenan todo de luz y magia. Como ella.

Y hay personas grises y oscuras. Leer artículo completo

¡Gracias por compartir!
FacebookTwitterGoogle+
Artículos, Relatos

Ser madre es una mierda

WhatsApp Image 2020-07-18 at 16.19.39 2
Y, ahora que tengo vuestra atención, voy a desarrollar esta idea.
No me refiero a los niños, no. Tener hijos, compartir tu vida con unas pequeñas (grandes) personitas que te llenan de orgullo y alegría, es maravilloso.
Tampoco me refiero al ejercer como madre. Ya sabéis: hacer desayunos, ir a tal o cual sitio, ver pelis, jugar… Eso está bien.
Me refiero a ti. A la persona en que te conviertes cuando te conviertes en madre. Ser esa persona: eso es una mierda.
Porque resulta que lo que pasa cuando te conviertes en madre, y esto no te lo cuenta nadie, es que haces tuyas las necesidades de toda tu familia.
Y no es un «Claro, es que hay que dar de comer al bebé y blablá». Nonono. Es algo más intenso. Es como un parásito echando raíces en tu pecho y diciéndote que tú no puedes comer si existe la más mínima posibilidad de que alguien de tu familia quiera comerse ese trozo de pan que te quieres llevar a la boca.
Y eso es una mierda.
Tienes un bebé, que es cien por cien dependiente de ti, y crees que será diferente cuando crezca y «ya no te necesite tanto». Joder, qué gran mentira. Crecerá y tendrá muchas más necesidades. Y tú seguirás anteponiendo todas las suyas a todas las tuyas.
Las suyas: las de todos. Las de todos los hijos que tengas y las de todos los miembros de tu familia que vivan bajo tu mismo techo (y, a veces, las de los que están bajo otro techo también). Porque no te conviertes en madre de tus hijos: te conviertes en madre del mundo, en madre de todos. Y si existe una forma de evitar que esto suceda yo no la conozco.
Así que un día te levantas, y vas a lavarte los dientes con tu cepillo de dientes eléctrico, y descubres que no tiene batería porque tú lo enchufaste anoche pero alguien llegó detrás y lo desenchufó para poner a cargar el suyo.
Y empiezas a pensar.
En los últimos cepillos de dientes de los niños, que tuviste que ir a tres sitios diferentes para encontrar los que ellos querían. Pero aquí a nadie le preocupa si tú puedes lavarte los dientes o no.
En sus visitas a la dentista para hacerse empastes en sus dientes de leche mientras tú llevas año y medio sobreviviendo a tu muela rota con paracetamoles.
En las dos rosquillas que habías guardado en el armario para desayunar hoy y ya no están porque alguien se las llevó ayer al parque para dárselas de comer a las palomas.
En que abrazas la no-depilación, no como gesto de protesta antipatriarcal, sino como opción de no-queda-otra porque el tiempo que tardas en depilarte es el mismo que tardas en leerle a tu hijo dos capítulos de Harry Potter, y él tiene muchas ganas de que le leas.
En el libro que dejaste en el estante de la librería, porque alguien te pidió el último de su saga juvenil favorita y solo podías llevarte uno. Y el tuyo se quedó allí, y el otro lleva tres meses en casa sin que nadie le preste atención.
En las cinco películas que querías ver y que han entrado y salido de la cartelera del cine mientras tú veías otras que ganaban en la votación familiar.
En toda la ropa interior que no renuevas desde hace mil años, porque por alguna razón comprar bragas para ti nunca está en tu lista de prioridades.
En la cantidad de arrugas, canas y huellas del tiempo en general que se van apoderando de ti mientras tú cuidas de otros.
Y de pronto te preguntas:
«¿Y quién me cuida a mí?»
Y explotas de puro vacío. Porque sientes que siempre estás para dar, pero nunca recibes. Y te has quedado sin nada.
Y colapsas. Y te enfadas. Y te echas a llorar.
Y eso, ESO, es una mierda.
Estar ahí, en ese papel: ESO es una mierda.
Y luego pasas el día, triste, con dolor de cabeza, sintiendo que nadie te entiende y ahogada de soledad. Y lloras a ratos cuando nadie te ve. Y al final te duermes y llega el día siguiente, igual que el anterior y que el otro de más allá.
Y respiras profundo.
Y te sientes muy ridícula.
Porque mira el pollo que has montado…
Por un cepillo de dientes.
Transparencia 200x200
Foto: Ana Hevia @anahevia_
¡Gracias por compartir!
FacebookTwitterGoogle+
Artículos

De animales y responsabilidad

JESSICA Y FUJUR (6)

Estamos en Navidad. He leído por ahí que, cada año, se regalan por estas fechas unos 250.000 animales, incluyendo perros, gatos, mascotas más pequeñas y animales exóticos (detesto con toda mi alma la palabra «mascota», no sé por qué). De ellos, dicen las estadísticas que un 30% (es decir, nada menos que 75.000 criaturas) serán abandonados antes de terminar 2020. La mayoría de ellos cuando llegue el verano y la familia quiera irse de vacaciones.

Os había prometido esta historia, y me parece un buen momento para contárosla. Esta preciosidad es Fujur, mi dragona blanca de la suerte.

JESSICA Y FUJUR (10)

Todo empezó el día que fui a la dentista y, por un pequeño revés improvisado, tuve que llevar conmigo al bebé. Fue imposible que me atendiera (era para un rato largo) estando allí el bebé, así que nos vimos ambas forzadas a que me diera cita otro día. Y llegó ese otro día:

Era un miércoles de finales de julio. Salí de casa con el tiempo más o menos medido para llegar al centro y aparcar. Yo vivo en una zona rural de las afueras de Gijón. Al poco de salir de casa, en una curva, volanteé ligeramente para no arrollar a un pequeño bulto lanudo que comía algo al pie de la carretera.

Primero pensé que era una oveja, pero justo al pasar a su lado me di cuenta de que era un perro. Un cachorro, claramente. Paré el coche en la entrada de un camino y retrocedí andando por la carretera hasta alcanzar al bultito lanudo que lamía algo con afán. No se inmutó cuando me acerqué. De hecho, hasta que no me tuvo completamente encima no fue consciente de mi presencia. En cuanto lo fue, empezó a mover la cola y se acercó contenta. La cogí en brazos, la metí en el coche y me la llevé a casa. Sobra decir que llegué tarde a la dentista.

Tardamos poco en darnos cuenta de que aquella cachorra era total, completa y absolutamente sorda. Eso explicaba por qué no se había asustado cuando pasé con el coche. Tardamos un poco más (tampoco mucho) en darnos cuenta de que era casi ciega. Solo ve luces y sombras. Detecta el movimiento pero solo a uno o dos metros. Eso explicaba también por qué no se había percatado de mi presencia en la carretera hasta que no me tuvo encima.

JESSICA Y FUJUR (16)

Y ahora os voy a contar la parte que tiene un poco más de miga: Leer artículo completo

¡Gracias por compartir!
FacebookTwitterGoogle+
Artículos

Mi ciudad, la Navidad y la madre que las parió

pesadilla antes de navidad christmas town

O sea, socorro. Yo todavía no me he acostumbrado a la idea de que me faltan muchos meses para volver a ir a la playa y living la vida en chanclas y me han tirado encima la Navidad. Yo no la he pedido, ni ella ha llegado: a mí la Navidad me la tiran encima, y me quedo con esta cara mía de conejillo en la autopista frente a un camión, que no sé dónde meterme pa que no me aplaste.

A ver, he de reconocer que yo, desde que tengo churumbeles, pues vuelve a haber cosas que me gustan de la Navidad, eso es cierto. Pero no es menos cierto que casi todo lo que me gusta se da en el interior de las cuatro confortables paredes de mi casa, porque lo que es de puertas pa’fuera, me cago en todo, esto es un sindiós que me lleva los nervios. Leer artículo completo

¡Gracias por compartir!
FacebookTwitterGoogle+
Artículos

‘Mastín y la chica del galgo’, un libro solidario imprescindible

mastin y la chica del galgo

Pues resulta que este verano lo he hecho polvo y, por primera vez desde 2010 (año en que me convertí en madre) he dedicado un verano enterito a leer lo que me ha dado la gana. Bueno, y lo que me ha dado tiempo, pero quiero decir que me he dado el placer de dedicarme tiempo para mí, para leer. La mitad de ese tiempo, lo admito, con un bebé de más de un año bien agarradito al pecho.

El resultado ha sido que me he comido tres novelas enteritas (una de ella ‘Una columna de fuego’, que lleva sus mil paginazas), y tengo otra empezada que, una vez arrancado septiembre, me está costando un poco más, porque me pasa con los libros lo que con los maratones en Netflix: que no puedo ver «un poquito» y, si solo tengo un ratito, pues acabo por no ponerme.

Total, que de las que sí que he leído os quiero hoy hablar de una en particular: Mastín y la chica del galgo, de Melisa Tuya.

Mastín y la chica del galgo melisa tuya Leer artículo completo

¡Gracias por compartir!
FacebookTwitterGoogle+
Artículos, Eventos

Así ha sido el lanzamiento de mi último libro :)

collage portadas

Pues el pasado día 10 se lanzó mi último libro, Come chocolate y no discutas con idiotas, y -no os voy a engañar- quiero hacerle una entrada en el blog porque lo tengo paradito desde julio que me fui de vacaciones, pobrete mío.

Este precioso libro mío, que contiene 52 tips para la paz mental, está editado por Martínez Roca, sello editorial del Grupo Planeta, así que os podéis imaginar el nivel de emoción que ahora mismo manejo, sobre todo teniendo en cuenta cómo ha ido su primera semana en el mercado.

Me han pasado un montón de cosas geniales: Leer artículo completo

¡Gracias por compartir!
FacebookTwitterGoogle+
Artículos

«Querida Jess: mi hija adolescente está enfadada con su pelo»

JESSICA GOMEZ-RETRATOS (19)

Nos llega esta consulta de una madre confundida:

Alooo, consultorio super Pop??

(De ahí lo de la madre confundida, que no sabe ni que esto no es la Súper Pop ni que no estamos en 1995, pero venga, dale igual)

Tengo una aborrescente de 17 años medio loca por los exámenes de la EVAU ( selectividad quedaba mejor) y medio croqueta (por no decir empanada) por la edad. Le he invitado a la pelu y me he gastado 70 pavazos y ahora va y me dice que mañana se tiñe o se lo corta porque no le gusta el color? que ella lo quería moreno y le han puesto rubia. Le pregunto que entonces qué le había dicho a la peluquera que le hiciera y me dice que lo que ella quisiera??‍♀️?  No sé si regalarla con un lacito, comérmela o mandarla a la patagonia de un puntapié ??

Agradecería opinión pública o el comodín de la llamada??‍♀️???

Miriam

Leer artículo completo

¡Gracias por compartir!
FacebookTwitterGoogle+
Artículos

«Querida Jess: mi hija llora porque no quiere ir conjuntada conmigo»

JESSICA GOMEZ-RETRATOS (19)

Nuestra amiga Inmaculada nos comparte su drama:

Querida, queridísima, amada Jess:
Necesito tu ayuda con urgencia.
Este verano me han invitado cinco días a una de esas urbanizaciones súper pijas con piscina donde padres, madres e hijos llevan el mismo bañador de última temporada, porque obviamente no se puede repetir de un año a otro.

Tras la invitación, corriendo y sin perder tiempo me fui a una tienda súper conocida, que dice: » enseña a todo el mundo el estilo que tenéis tu hija y tu comprando nuestros trajes de baño. Tu hija estará feliz de vestir igual que su madre y para ti será la manera perfecta de mostrarle tu amor». Guauuu pensé yo y claro imagínate compré un conjunto diferente para cada día.

Total que llegue a casa entusiasmada después de gastarme los pocos ahorros que me quedaban, pero feliz y le enseñé con ilusión sus bañadores a mí hija y le encantaron. Hasta aquí todo bien

Después para rematar la sorpresa me puse a escondidas uno como el que ella tenía puesto y tachannn… cuando me vio empezó a llorar, se cabreo y se quitó su bañador, mientras me decía chichando: mamá no, no, no, no, ni se te ocurra, no pienso ir como tú, porque la más guapa tengo que ser yo.

Desde entonces ha pasado ya una semana y sigue cabreada con sus tan solo 5 añitos y no piensa ir como yo.

Total que si no la convenzo nos quedamos sin vacaciones porque como comprenderás no podemos permitirnos este gran error estilístico y lo que es peor después de leer el eslogan y ver la actuación de mi hija, me empiezo a plantear que no me quiere.

Jess espero tu ayuda. besos
Esta era de las difíciles, PERO vivir en la UE tiene sus ventajas. He aquí mi respuesta:

Leer artículo completo

¡Gracias por compartir!
FacebookTwitterGoogle+
Artículos

«Querida Jess: me ofrecen dinero por fotos de mis pies»

JESSICA GOMEZ-RETRATOS (19)

Nos cuenta, pensativa, nuestra amiga Cenicienta:

Querida Jess:

Hace unos meses mi señor marido publicó un anuncio para buscarme trabajo los fines de semana como camarera (lo escribió él porque yo no he trabajado de camarera en la vida y no sabría ni qué poner). Como el amor es ciego, puso que tengo “buena presencia”, y ahí empecé a recibir las ofertas más variopintas y absurdas del mundo. La última, la de un tipo al que le pone hacer fotos a los pies. Como te lo digo. Y es el segundo que me lo pide.

Total, que yo dije que no, porque además mis pies son bastante feos y no huelen precisamente a rosas, pero mi señor marido dice que por qué no, que es un trabajo fácil y que además seguro que me echo unas risas. ¿Cuál crees que es la posibilidad de que el tipo no sea un psicópata? Firmado,

Cenicienta

Querida Cenicienta:

Tu marido tiene más razón que un santo: es un trabajo fácil y seguro que os echáis unas buenas risas. Además, este buen hombre que te pide fotos solo quiere ver tus pies, no necesita ver nada más de ti, así que haced lo siguiente:

Coges las pezuñas de tu marido, les quitas los pelos, le pintas margaritas en sus preciosas uñas de macho alfa-centauri, hacéis un par de buenas y seductoras fotos y se las mandáis al buen señor que le pide fotos guarras a una chica que busca trabajo de camarera.

pies cactus

Si os paga por adelantado, podéis saltaros el paso de depilar las pezuñas.

Espero haberte ayudado.

Un abrazo,

Jess.

PD: Respondiendo a tu pregunta: ninguna. Ninguna posibilidad.

Transparencia 200x200

No olvidéis que podéis enviarme vuestras consultas a mi página de facebook, al email hablamebajitomama@gmail.com o rellenar el formulario de contacto de esta web. Prometo intentar quitarle hierro a vuestra vida ?

Imagen destacada: Ana Hevia

¡Gracias por compartir!
FacebookTwitterGoogle+