Etiquetado como quererse
Relatos

Lo que no te digo

Todo lo que no te digo

Soy la mujer que está tumbada en la hierba. La que ha venido con un niño y una niña.

Sé que estaréis pensando que debo estar mojándome, después de la lluvia de estos días. Y tenéis razón. Es solo que no me importa demasiado: tocar hierba mojada es uno de mis placeres favoritos de la primavera. Bueno, la hierba mojada… Y las mariposas. Me recuerdan a mi abuela. Y ahora, por extensión, también a mi padre.

Justo delante tengo dos, naranjas y brillantes, huyendo juntas y en espiral del vuelo de la falda de mi hija, que intenta verlas más de cerca.

– Mamá, ¿el Gran Gigante Bonachón podía oír a las mariposas también?

– Pues… Creo que sí.

– ¿Y qué se dicen las mariposas?

– Uy, ¡no tengo ni idea! ¿Qué crees tú que se dicen?

– Yo creo que se dicen que se quieren.

– ¿Sí? ¿Y por qué crees eso?

– ¡Pues porque están enamoradas! Y los enamorados se dicen que se quieren.

Y se va contenta, con sus colores, su amor y sus verdades absolutas, persiguiendo mariposas enamoradas. Y yo me quedo pensando… Cariño, ¿qué cosas nos decimos tú y yo? Creo que hace mucho que no te escribo que te quiero.

Antes nos los escribíamos mucho, ¿te acuerdas? Temblaba el teléfono por sorpresa con una música especial y, al encenderlo, se descubría un te quiero nuevo, parecido al anterior, pero que siempre era otro. Y nos dejábamos notas por la casa e incluso, a veces, nos escribíamos cartas. Pero hace tiempo que ya no.

A lo mejor es que ya nos lo hemos aprendido bien. Que nos queremos, digo. Y ya no necesitamos tanto repasarnos la lección, ni nos hace falta escribir cien veces que te querré toda la vida para que no se nos olvide.

No, ya no te lo escribo…

A veces te lo digo, como las mariposas. Aunque, ¿cuándo fue la última vez? Leer artículo completo

¡Gracias por compartir!
FacebookTwitterGoogle+
Artículos

Lo voy a decir así: os podéis ir a la mierda

Os podeis ir a la mierda2

Sabéis que yo soy muy de escribir despacito y emotivo. De querer tirarme a por el lado tierno de las cosas y buscar, a veces, la lágrima. De mayor quiero ser sabia. Y quería escribir así sobre ese sentimiento que, creo, a todos nos toca procesar alguna vez: esa sensación de decepción con el género humano.

Ya sabéis: todos –creo- tenemos algunas personas a nuestro alrededor que no nos aportan, realmente, nada positivo. Que son como ese lado oscuro de la fuerza que siempre anda dando por el saco, pero sin espadas molonas. Así que me planteé hacer un escrito pausado, meditado, invitando a la reflexión… Pero luego he pensado “¡BAH! A la mierda. Vamos a echar bilis.”

Leer artículo completo

¡Gracias por compartir!
FacebookTwitterGoogle+
Relatos

Querida chica del bañador verde

13701038_558446477697612_8952572030745410289_o

QUERIDA CHICA DEL BAÑADOR VERDE:

Soy la mujer que está en la toalla de al lado. La que ha venido con un niño y una niña.

Primero que nada, decirte que estoy pasando un rato muy agradable junto a ti y tu grupo de amigos, en este trocito de tiempo en el que nuestros espacios se rozan y vuestras risas, vuestra conversación ‘transcendental’ y la música de vuestro equipo me invaden el aire.

¿Sabes? He alucinado un poco al darme cuenta de que no sé en qué momento de mi vida he pasado de estar ahí a estar aquí: de ser la chica a ser “la señora de al lado”, de ser la que va con los amigos a ser la que va con los niños.

Pero no te escribo por nada de eso. Te escribo porque me gustaría decirte que me he fijado en ti. Te he visto, y no he podido evitar verte.

Te he visto ser la última en quitarte la ropa.

Leer artículo completo

¡Gracias por compartir!
FacebookTwitterGoogle+