Me consta que la mayoría de los que andáis por aquí me leéis desde hace tiempo, así que probablemente esto ya lo sabéis:
Hace poco más de un año, mientras mi padre estaba en el hospital, en sus últimos días, empecé a publicar #motivosparaserfeliz. No pretendía hacer una terapia, no buscaba evadirme, no tenía una intención ni un programa a largo plazo. Sencillamente una mañana, llevando a los niños al colegio antes de ir al hospital, en medio de toda la pena que me consumía aquellos días, sucedió algo. Algo sencillo, cotidiano y embriagador, que me hizo sonreír. Y pensé que solo aquello, por sí mismo, era para mí suficiente para ser feliz.
#motivoparaserfeliz n1: Camino al cole los niños se pelean por 1postre imaginario. Él cree que ella le ha dado un mordisco demasiado grande
— Jessica Gómez (@quenomefalte) 20 de septiembre de 2017
Quise fijarme en esas pequeñas cosas que me hacían sonreír a diario, en medio de la tristeza y la angustia crecientes, que se iban mezclando con la esperanza de que todo acabaría bien. Aunque algunos motivos, no podía evitarlo, se teñían de pena. Como el del café de máquina del hospital, que estaba más rico que el de la cafetería.
#motivoparaserfeliz n.6: el capuccino de avellana.
— Jessica Gómez (@quenomefalte) 26 de septiembre de 2017
Puede que, en el fondo de mi ser, supiera que el final de aquel camino estaba cerca.
#motivoparaserfeliz n.7: #hallelujah de Leonard Cohen
— Jessica Gómez (@quenomefalte) 26 de septiembre de 2017
#motivoparaserfeliz n.9: amanece otra vez.
— Jessica Gómez (@quenomefalte) 28 de septiembre de 2017
El día que escribí que amanecía otra vez, fue el último día que pisamos aquel hospital, por entonces.
El primer amanecer sin mi padre, al día siguiente, él fue mi motivo para ser feliz. Simplemente, porque tuve la suerte de que fuera mi padre.
#motivoparaserfeliz n.10:
MI PADRE ❤— Jessica Gómez (@quenomefalte) 29 de septiembre de 2017
Los días siguientes me descubría siendo feliz con pequeñas cosas, que bailaban entre la intensa tristeza del momento que vivía…
#motivoparaserfeliz n.12: Despedir a tu padre y que al día siguiente alguien deje esta nota en su portal ❤ pic.twitter.com/btL4u6xBS4
— Jessica Gómez (@quenomefalte) 30 de septiembre de 2017
#motivoparaserfeliz n.15:
– Chicos, siento mucho haberme puesto tan nerviosa.
– Tranquila, mamá, no pasa nada. Sabemos que estás muy triste.— Jessica Gómez (@quenomefalte) 3 de octubre de 2017
Y el más absoluto de los absurdos.
#motivoparaserfeliz n.13:
Mi hijo llora de la risa cada vez que oye la palabra ‘pedo’ ?— Jessica Gómez (@quenomefalte) 1 de octubre de 2017
#motivoparaserfeliz n.16:
En @BurgerKing puedes pedir café con leche o con nata, pero no café con leche y nata porque ‘no se puede ticar’ ?— Jessica Gómez (@quenomefalte) 4 de octubre de 2017
Y, antes de que pudiera darme cuenta, la vida me llevó.
#motivoparaserfeliz n.24:
Bañas a los perros, abres el baño, los ves correr al salón y le gritas al niño «¡¡SUJETA EL PORTÓOOOOOOOOONNN!!»— Jessica Gómez (@quenomefalte) 12 de octubre de 2017
#motivoparaserfeliz n27:
Los niños han ido solos a comprar el pan. SOLOS. Durante siglos los juglares cantarán canciones sobre este día ???— Jessica Gómez (@quenomefalte) 14 de octubre de 2017
Para cuando quise pararme a pensar en qué estaba haciendo al escribir mis motivos para ser feliz, ya estaba enganchada. Seguía sin pretender ser una terapia, sin tener ningún propósito definido, pero no podía dejar de dedicarme ese ratito, cada día, para pensar en todas las cosas que me hacen feliz.
Quería hacer un post especial, algo así como un top ten, pero no he sido capaz. Porque un año después, repaso todos esos motivos y me doy cuenta de dos cosas: que he aprendido mucho, y que soy una persona MUY afortunada. Tampoco quiero daros la paliza con esto, es más bien como subrayar las mejores páginas de mi diario. Algo que hago porque me produce placer personal, porque sé que me gustará releerlo en el futuro tanto como me ha gustado revivirlo ahora.
Esto es lo que he aprendido: Leer artículo completo