Artículos, Relatos

#NOTALLMEN

Embalse

Mi hijo empieza mañana una actividad deportiva con el cole.

Me he dado cuenta en el último momento de que le faltaba material, así que esta mañana, después de dejarlos a él y a su hermana en el colegio, he ido al Decathlon a buscárselo.

Cuando he llegado el parking estaba prácticamente vacío. Solo había un puñado de coches, no más de cinco, creo, desperdigados aquí y allá.

Aparqué en un pasillo frente a la entrada, a unos veinte metros de la puerta. Sin bajarme del coche, miré hacia dentro y se veía oscuro. Pensé que quizás aún no habían abierto, y esperé un poco a ver si veía movimiento.

En esto estaba, esperando, cuando una furgoneta negra llegó y aparcó junto a mí, dos plazas a mi derecha. Conducía un hombre de unos cuarenta, pelo rapado, barba de un par de días, con ropa de faena y una braga que le tapaba hasta la barbilla.

Mi primer impulso, lo primero que hizo mi cuerpo de manera automática, fue estirar el brazo y presionar el botón de bloqueo de puertas. Y lo siguiente que hice, de forma instintiva, fue volver a mirar hacia la puerta de entrada a ver si veía gente. Cuando me quise dar cuenta estaba comprobando si había cámaras de seguridad. Y, de repente, me encontré pensando: «Si grito aquí, no me oirá nadie».

El pobre currito se bajó de la furgo y entró al local, a lo suyo, ajeno por completo a mi existencia y mi paranoia. Yo me di cuenta de que tenía los pies sobre los pedales y la mano derecha en la palanca de cambios.

En mi comunidad autónoma han desaparecido tres mujeres, de más o menos mi edad, en dos semanas: entre el 13 de febrero y el viernes pasado. Hoy leí en el periódico que el día 16 una mujer denunció que estaba parada en un semáforo de mi ciudad, por la noche, y un hombre intentó subirse a su coche. A las tres de la tarde la Guardia Civil comunicaba que había aparecido, en un embalse, el cuerpo sin vida de una de las desaparecidas.

Pero luego tienes que oír, una y otra vez, la gilipollez de que no todos son así, me cago en mi puta calavera, mientras yo vivo aterrada porque un pirado de mierda puede meterse en mi coche y dejar a mis hijos sin su madre.

«No todos somos así».

¡YA LO SABEMOS, JODER!

No necesitamos que vengáis, una y otra vez, a explicarnos que «Not all men».

Pero a ver si se os mete en la cabeza, de una puta vez, que el problema no es que «todos los hombres seáis unos violadores»… El problema es que TODAS LAS MUJERES tenemos que vivir con miedo.

Transparencia 200x200

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